Una marioneta en terapia sirve como un objeto en el que el cliente proyecta una parte de sí mismo, un proceso conocido profesionalmente como externalización. Nuestra personalidad se compone de muchas "subpersonalidades" más pequeñas que podemos proyectar en una marioneta para facilitar la comunicación. Cada subpersonalidad puede activarse en diferentes situaciones, influyendo en nuestros pensamientos, decisiones y comportamientos. Por ejemplo, podríamos sentirnos como un niño despreocupado en un momento y como un héroe que ayudó a alguien al siguiente. Estas subpersonalidades son aspectos saludables de la psique.
Sin embargo, centrémonos en las subpersonalidades heridas. Estas podrían ser la parte de nosotros que llora a un ser querido perdido, representa a un niño traumatizado, a una pareja traicionada o a alguien con miedos profundos (por ejemplo, claustrofobia). Estas subpersonalidades a menudo se describen como traumatizadas, disociadas o falsas.
Nuestras subpersonalidades heridas suelen esconderse de los demás; esto es natural. Pocas personas compartirían abiertamente sus miedos a los espacios abarrotados o la traición de una pareja. De manera similar, tendemos a evitar revivir emociones o recuerdos dolorosos, aunque influyan en nuestro comportamiento. Para los terapeutas, esto representa un desafío, ya que los clientes pueden esconder la verdad, distorsionarla o tener dificultades para abrirse. Crear un ambiente seguro para una comunicación honesta en terapia es un proceso eficaz pero que requiere tiempo.
Aquí es donde una marioneta puede desempeñar un papel clave. Lo que dice la marioneta no se percibe como algo dicho por el cliente, sino por la propia marioneta, permitiendo una expresión más libre. La marioneta puede decir mucho más de lo que el cliente podría sentirse cómodo compartiendo de otra manera.
Los terapeutas también pueden beneficiarse del uso de una marioneta como "escudo". Por ejemplo, pueden utilizarla para hacer preguntas difíciles o incómodas. En tales casos, la marioneta actúa como intermediaria, suavizando la interacción. El terapeuta también puede dirigirse directamente a la marioneta para crear una dinámica más relajada y menos confrontativa.
Los adultos a menudo desconfían de esta técnica al principio. Sin embargo, este escepticismo puede hacer que la herramienta sea aún más efectiva. Imagine entregar una marioneta a un gerente de alto nivel explicándole que ayudará a descubrir problemas más profundos. Inicialmente, pueden sentirse ofendidos, afirmando que no son niños y que no tienen tiempo para "experimentos". Para abordar esto, desarrollamos una marioneta específica y una técnica a través del proyecto Erasmus+ en colaboración con Puppet Uni Prague y el Instituto Moreno.
La marioneta debe ser sencilla de manejar, permitiendo que los clientes se concentren en la terapia en sí, y no en su mecánica. También debe ser identificable, ayudando a los clientes a relacionarse con ella.
Formo parte del equipo de Puppet Uni Praga, donde nos dedicamos a explorar esta técnica con el objetivo de enseñarla. En los siguientes dos párrafos mencionaré dos enfoques clave que hemos desarrollado.
Esta marioneta fue diseñada como una herramienta simple y accesible para terapeutas. Los conjuntos de marionetas tradicionales suelen ser demasiado complejos para el uso general. La marioneta guardiana es neutral, fácil de operar y lo suficientemente humanizada como para proyectar diversas subpersonalidades. Está disponible como un archivo imprimible en 3D o en forma de madera.
Ha sido bien recibida por clientes adultos, particularmente aquellos escépticos ante las marionetas. La mayoría queda convencida de su eficacia cuando se presenta como una herramienta sofisticada desarrollada por Puppet Uni Praga. La marioneta fue creada y probada como parte de un proyecto Erasmus+, por lo que estamos agradecidos con la UE.
Como se mencionó anteriormente, existen muchas maneras de usar marionetas en terapia. Elegí centrarme en un enfoque específico conocido como el método del “tercer ojo”. Esta técnica altamente efectiva ha sido validada por expertos y practicantes. En esencia, el cliente trabaja con la marioneta como un espejo de sí mismo. El terapeuta desempeña un rol pasivo como observador y oyente. El método implica que el cliente externalice su problema en la marioneta, lo que le permite comunicarse con y comprender sus subpersonalidades problemáticas. Este proceso ayuda al cliente a explorar, aceptar e integrar estos aspectos en su vida.
Es como hablar contigo mismo a través de la marioneta, revelando verdades que de otra manera evitarías reconocer. Durante la terapia, los clientes entran en un ligero trance, accediendo más eficazmente a su subconsciente.
Planeamos seguir estudiando este método y esperamos establecerlo como una técnica terapéutica oficial.
El terapeuta le da al cliente una marioneta, cambia la conversación a otro tema y luego pregunta: «¿Qué diría la marioneta sobre esto?» Esto permite al terapeuta ver si el cliente ha establecido un vínculo con la marioneta y la está usando para expresarse.
El terapeuta pregunta: «¿Cómo lo diría la marioneta?» Esto a menudo ayuda al cliente a describir las situaciones de manera más honesta o desde una nueva perspectiva.
Si el cliente sigue hablando de manera defensiva a través de la marioneta, indica que aún no está listo para abrirse. Sin embargo, la marioneta sigue siendo un canal para una comunicación gradual.
Crear una marioneta es un proceso más largo, pero puede profundizar el compromiso del cliente. Al crear su propia marioneta, los clientes revelan sus propias historias y establecen conexiones más fuertes.
El cliente puede usar dos marionetas para simular conversaciones, un método que a menudo se combina con técnicas como las constelaciones familiares.
Si está interesado en este tema o es terapeuta, estaríamos encantados de conectarnos con usted y explorar posibles colaboraciones.
A todos los amantes de las marionetas: Que su viaje con las marionetas les traiga alegría e inspiración.