En el territorio de las tierras checas había más de 200 titiriteros en activo. Para algunos, era simplemente un medio de vida, mientras que otros desarrollaron una conexión más profunda con esta profesión y el estilo de vida que conlleva. En su mayoría, eran miembros de grandes familias dispersas, en las que el padre transmitía a sus sucesores no solo el equipo y la experiencia, sino también una fuerte pasión por las marionetas.
La notable familia de titiriteros Maizner, cuyos miembros se dedicaron al teatro de marionetas en línea directa hasta los años 60 del siglo XX, trabajó principalmente en el este de Bohemia. Estos titiriteros poseían un alto nivel de confianza en sí mismos, una conexión con la tradición y simpatías patrióticas. Gracias a ellos, se han conservado algunos de los textos de teatro de marionetas más antiguos y una colección de marionetas muy valiosas del taller de la familia de talladores de madera Sucharda.
El miembro más destacado de otra familia de titiriteros, que operaba principalmente en el centro de Bohemia, fue František Vinický (1797–1854). Su actividad le valió el respeto de todos, y en 1836 fue el único titiritero oficialmente invitado a actuar en las celebraciones populares durante la coronación de Fernando V.
Sin embargo, la figura más notable de la primera mitad del siglo XIX fue sin duda Matěj Kopecký (1775–1847). Creció en Mirotice, en el sur de Bohemia, desde donde partió con su padre Jan en giras de teatro de marionetas por la región. Aunque recibió solo una educación básica, tuvo la oportunidad única de absorber los años de experiencia acumulados por los titiriteros de su época.