Vladislav Boruta ha estado involucrado en el tallado durante casi 30 años; desde su niñez, ha disfrutado trabajar con madera. Su lema, "Soy un tallador, con un pequeño taller, sin interés en más...", son palabras ligeramente modificadas de una canción. Pero esto no se aplica literalmente a él; además de trabajar con madera, se interesa por muchas otras cosas. Lo que lo mantiene inquieto es el deseo de lograr una forma perfecta. Cada día se siente fascinado por las curvas de los rostros humanos, las figuras, las cosas ordinarias y todo lo que lo rodea. Puede maravillarse con el rostro de una joven mujer y pensar: ¿Cuál es la interacción de curvas que la hace tan hermosa? ¿Qué determina la delicadeza de su rostro? ¿La curva de los labios, las cejas o la forma de la nariz? Y, de igual manera, le fascina la oreja de un anciano, que completa con precisión su edad. Así que, con un poco de imaginación, se embarca en ese complejo viaje, a veces desde lo existente hasta lo creado, otras veces desde la idea hasta la realización. Le encanta el sonido del golpeteo de las piezas de madera en el movimiento de la marioneta. Y así, después de tallar figuras de 2 metros, se ha anclado en marionetas de 10 cm, siguiendo el dicho "Lo pequeño es hermoso".